| YO ERA TODOS LOS HOMBRES
      
      
        
        
          
 
         
        Yo 
          me levanté desde un hospital donde el juego también es a morir y vi las camas insomnes
          donde los 
            enfermos pedían por la vida cuando ya estaban muertos.
 Yo 
              amanecí sin voz y sin ideas y vi las mesas donde 
              se consultaban los pactos con el Diablo.
 Y 
                yo vi a los hacedores de vida que intercambiaban 
                palabras con pócimas a la espera de que el
 muerto hablara 
                  del milagro y luego se durmiera en esa otra vida que no está en la vida.
 Corrí 
                    por oscuros laberintos donde el dolor festejaba la muerte para aplacar 
                    el infierno que
 caía lentamente 
                      de un goteo.
 Y vi los monstruos del día final filtrados desde 
                        las botellitas numeradas que yacían al lado
 de las camas.
 Y 
                            al Diablo que también caía desde el gotero para festejar el triunfo que 
                            espera todos los
 días desde 
                              el amanecer.
 La 
                                vida y la muerte es un juego de cubiletes que el Diablo agita con su pulso 
                                incandescente.
 Yo 
                                  era entonces todos los hombres.
 
 |