EL BARROQUISMO Y LAS
JITANJÁFORAS
. –
Todo esto que hemos dicho respecto a Undurraga
y la poesía chilena, encuadra en un esquema parcial que no ha querido
ir más allá del barroquismo y de sus variantes populares vinculadas, en
parte, con el concepto de lo militante. Quizás no hayamos sido muy explícitos
en cuanto a la vinculación de aquella instancia con lo popular. Pero es
fácil advertir que si el barroquismo es un acaecer contra toda forma estática,
este acaecer se trasiega en jitanjáfora cuando
se integra en lo popular. Este jitanjaforismo
no es, sin embargo, la consecuencia ineluctable del barroquismo en su
versión popular. Es una de sus tantas estructuras que se relacionan con
un elemento dinámico el cual hace de sus imágenes una invención intemporal.
O en términos más precisos: una imagen total variando al infinito. Una
modificación hasta el agotamiento de todas las posibilidades metafóricas
dirigidas unilateralmente, en este caso, hacia la misma dirección. Sólo
que habrá que huir a tiempo del procedimiento para evitar el virtuosismo
o la exageración incontrolada.
Del
libro “Notas sobre el barroco”,
Bs.As. 1950
|