"Bajarlía
revalida su bien ganado prestigio de fabulador y hombre de letras, preocupado
por abrir o descubrir nuevas dimensiones en un mundo donde el que revela
el secreto de los otros pasa por traidor, y el que revela el secreto propio,
por imbécil" (Panorama, en relación a "El
Día Cero")
"El estilo de Bajarlía se adapta a los requerimientos de este difícil género literario: concisión, poder imaginativo controlado por la razón, progresión a través de un texto breve hacia la obtención de un clima, recreación en el más profundo concepto del término". (Clarín) "No veo diferencia entre los autores de ciencia-ficción norteamericanos y algunos argentinos, entre ellos Juan-Jacobo Bajarlía, en cuyos cuentos los monstruos y los hombres apenas tienen un variación semántica. Sus maquinas del tiempo dejan de ser instrumentos mecánicos para convertirse en dimensiones metafísicas" (Hopkins, en relación a "Fórmula al antimundo") "Bajarlía, como Borges, nace junto al Río de la Plata. Su gran línea que es la del cuento fantástico y metafísico (más allá de la ciencia-ficción) surge de una semilla sembrada por Ruben Darío, en 1888, en Valparaíso, cuando publicó Azul. Aunque Darío no alcanzó la genialidad de Oscar Wilde en El ruiseñor y la rosa, obra adscripta al orientalismo inglés, o sea el equivalente sajón de los parnasianos y simbolistas latinos, logró colocar su ficha alada. En seguida retomó el camino Leopoldo Lugones con sus cuentos fantásticos, y la antorcha de éste pasó a Borges. Hoy, con un nuevo sesgo metafísico y original, está en las manos de Juan-Jacobo Bajarlía". (Antonio de Undurraga) |